Mis 12 mejores consejos sobre el diagnóstico psiquiátrico

Artículo original publicado en Huffington Post el 17 de agosto de 2013
por el Dr. Allen Frances, Catedrático Emérito de la
Universidad de Duke y miembro del consejo redactor de la 4ª edición del
Manual Diagnóstico y Estadísico de las Enfermedades Mentales (DSM-IV)

Ya nos encontrábamos frente a una crisis en el diagnóstico psiquiátrico antes de la redacción de la 5ª edición del Manual Diagnóstico y Estadísico de las Enfermedades Mentales (DSM-5). Un signo inequívoco de los excesos es que el 25% de nosotros cumplimos los requisitos de un trastorno mental y que el 20% toma medicación psiquiátrica. A menos que se revise, el DSM-5 abrirá las compuertas y convertirá la actual inflación diagnóstica en una futura hiperinflación.

A continuación enumero mis 12 mejores consejos para asegurarnos de obtener un diagnóstico exacto y seguro.

1. Cuanto menos grave sea la presentación, más difícil será diagnosticar. No hay líneas brillantes que señalen la altamente poblada frontera entre el trastorno mental y la normalidad. Los problemas más leves a menudo se resuelven espontáneamente con el tiempo y sin necesidad de un diagnóstico o tratamiento.

2. En caso de duda, es más seguro y más exacto infradiagnosticar. Es más fácil subir un peldaño hacia un diagnóstico más grave que bajar un peldaño.

3. Los niños y adolescentes son especialmente difíciles de diagnosticar. Tienen un historial corto, ritmos de maduración variables, pueden estar tomando drogas, y son susceptibles a la presión familiar y del entorno. Es muy probable que el diagnóstico inicial sea inestable e inapropiado.

4. Los ancianos también son difíciles de diagnosticar. Sus síntomas psiquiátricos pueden estar causados por enfermedades médicas y neurológicas, y son más propensos a sufrir efectos secundarios de los medicamentos, interacciones y sobredosis.

5. Tómate tu tiempo y esfuérzate. Hacer un diagnóstico correcto lleva su tiempo: el tiempo adecuado para cada entrevista y, a menudo, múltiples entrevistas a lo largo del tiempo para ver cómo están evolucionando las cosas. Excepto en los casos de presentaciones clásicas, un diagnóstico rápido es normalmente un diagnóstico erróneo.

6. Consigue toda la información que puedas. Nunca una única fuente es completa. La triangulación de datos de múltiples fuentes de información lleva a un diagnóstico más fiable.

7. Ten en cuenta diagnósticos previos, pero no los creas a ciegas. Basándose en su antigüedad, los diagnósticos incorrectos tienden a tener una larga vida media y un desafortunado poder de permanencia. Haz siempre tu propia evaluación cuidadosa de toda la trayectoria longitudinal de la persona.

8. Revisita constantemente el diagnóstico. Este punto es especiamente aplicable cuando alguien no se está beneficiando de un tratamiento que está basado en él. Los profesionales clínicos pueden dejar de considerar otras opciones una vez que han decidido un diagnóstico, se casan con él y permanecen ciegos ante datos contradictorios.

9. Hipócrates dijo que conocer al paciente es igual de importante que conocer la enfermedad. No te quedes tan atrapado en los detalles de los síntomas que no veas el contexto en el que ocurren.

10. Si escuchas relinchos en Broadway, ¡piensa en caballos, no en cebras! Cuando tengas dudas, ve a lo más probable. Puede ser divertido pensar en diagnósticos exóticos, pero casi nunca los verás. Quédate en lo habitual.

11. Un diagnóstico certero puede traer grandes beneficios; un diagnóstico erróneo puede traer el desastre.

12. Recuerda el otro imperecedero dicho de Hipócrates: «Ante todo, no dañar».