TDAH: ¿Trastorno o inmadurez?

Desarrollo cerebral según la edad en niños con diagnóstico de TDAH (azul), en comparación con el de niños neurotípicos (lila)

Un niño de 2 ó 3 años con un desarrollo madurativo lento puede ser diagnosticado erróneamente con trastorno del espectro autista (TEA), especialmente si habla poco. Cuando este mismo niño empieza a hablar y avanza en su desarrollo madurativo, eliminando así muchos de los presuntos «síntomas» de autismo, ciertos profesionales se decantan por trasladarlo al Trastorno por Déficit de Atención – Hiperactividad (TDAH). No en vano, muchos de los niños que en EEUU perdieron su etiqueta de TEA pasaron a tener la de TDAH, según un estudio oficial de los Centros de Control de Enfermedades de EEUU. Otros niños simplemente son considerados «vagos» en el entorno escolar, o demasiado inquietos, y por ello acaban en el cajón de sastre del TDAH; muchas veces, lamentablemente, con medicación. Pero, ¿realmente tienen estos niños un trastorno o es otra cosa lo que les hace tener comportamientos indeseados?

TDAH: Desarrollo cerebral lento, pero completamente normal

Un estudio publicado en 2007 por los Dres. Philip Shaw, Judith Rapoport y sus colaboradores utilizó resonancias magnéticas para comparar el desarrollo cerebral de niños con TDAH y niños neurotípicos, y sus resultados no dejaron a nadie indiferente Sigue leyendo

Autismo, una etiqueta muy fácil de poner y muy difícil de quitar

» El hijo de Toni Braxton y otros casos reales

055-diezel-braxtonUna etiqueta de autismo o trastornos del espectro autista (TEA) es relativamente fácil de poner. En la primera infancia, sólo hay que coger a un niño que se desarrolla a una velocidad por debajo de la media, con un puñado de rasgos de inmadurez, y llevarlo por lo privado a un profesional que comparta la opinión de que el niño tiene un trastorno. En la sanidad pública es más complicado, por aquello de que siguen un protocolo riguroso, pero quien la sigue, la consigue. Si no, que se lo pregunten a esa madre de Irlanda del Norte, que, después de 15 años reclamándolo y 5 evaluaciones psicopedagógicas, consiguió que diagnosticaran a su hijo dentro del espectro autista.

Autista por sorpresa

En la edad adulta, es más fácil todavía si cabe colocar la etiqueta. El adulto sólo tiene que tener el firme convencimiento de que tiene un trastorno de este tipo. Pero incluso aunque no se tenga este convencimiento, ni se haya tenido ninguna sospecha en ningún momento, y se haya llevado una vida satisfactoria y sin impedimientos, se puede acabar con autismo. Que le pregunten al australiano Chris Offer Sigue leyendo

¿Tener mala letra es síntoma de autismo o TDAH?

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Tu hijo, que ha tardado en comenzar a hablar y en llegar a otros hitos madurativos, comienza ahora a escribir, y también le cuesta. Además de que comienza a escribir letras más tarde de lo esperado (¡cómo no!), cuando la escritura llega, lo hace con letras inmensas y un trazo poco preciso. Va pasando el tiempo y la letra poco a poco disminuye de tamaño, pero sigue siendo relativamente grande, y, además, poco legible; sobre todo, las letras que exigen mucha precisión, como las que tienen «rabitos» pequeños (o, r, b, v…) o las que sólo se diferencian en el tamaño de alguno de sus trazos (e-l, p-n…). En los últimos tiempos, comienza a estar bien establecido que esta «mala letra» es un síntoma más de Trastornos del Espectro Autista (TEA) o del Trastorno por Déficit de Atención-Hiperactividad (TDAH), lo que sirve de reafirmación para quienes en su día aseguraron haber detectado un trastorno en el pequeño, o como un argumento más para quienes desean colocar una determinada etiqueta a un niño. Sin embargo, ¿se debe la mala caligrafía a un trastorno neurológico? ¿O quizá está relacionada con otros factores? Sigue leyendo