Los niños con diagnósticos erróneos de autismo llegan a ser iguales a sus compañeros… ¡y hasta más extrovertidos!

057-estudio-autismo-evolucion-optimaUn nuevo estudio científico ha confirmado el sobrediagnóstico de autismo tras estudiar a un grupo de niños de los llamados de «evolución óptima», es decir, que han evolucionado de forma tan favorable que los rasgos de autismo han desaparecido. Este concepto de «evolución óptima», que ha empezado a sonar en los últimos años, ya en sí mismo y por su sola existencia supone un indicador claro del flagrante sobrediagnóstico de los trastornos del espectro autista (TEA), dado que, según la definición clásica de Kanner, el autismo es un trastorno permanente e incurable. El concepto de evolución óptima ha hecho a muchos profesionales (empecinados en que los diagnósticos iniciales estaban bien hechos) plantearse la posibilidad de que el autismo se puede curar, y, por tanto, ha dado vía libre a los charlatanes y curanderos de medio pelo que afirman haber descubierto tratamientos «mágicos» para el autismo, como alertan expertos como Barry Prizant.

¿Se pueden perder todos los síntomas de autismo?

La pregunta que muchos investigadores se hacen es si, para empezar, existe la evolución óptima en el autismo; es decir, si realmente hay niños diagnosticados que llegan a perder los síntomas de tal manera que se puede considerar que ya no tienen el trastorno, o si les queda algún rasgo residual o casi imperceptible. A la luz de los estudios realizados hasta ahora, parece que sí hay niños que pierden todos sus presuntos síntomas de autismo. Sigue leyendo

Sobre el diagnóstico y el mal diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista

Publicado originalmente en la edición de verano de 2012 de «Autism Spectrum Quarterly», por el Dr. Barry Prizant, logopeda especializado en autismo, con más de 40 años de práctica clínica, investigador y autor del libro «Uniquely human. A different way of seeing autism»

barry-prizantEl jueves 29 de marzo de 2012, los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés) publicaron las nuevas estadísticas oficiales de prevalencia de autismo. Según su informe, la tasa «oficial» de autismo es ahora de 1 de cada 88, subiendo del 1 cada 110 de 2010, y subiendo más aún del 1 de cada 166 de 2008.

En los últimos años, he observado lo que parece ser una tendencia que puede tener implicaciones en la polémica actual en torno a la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales (DSM-5), en cuanto a la necesidad percibida por la comisión de «estrechar» los criterios para la obtención de un diagnóstico, un movimiento que ha originado una tormenta de críticas por parte de familiares y personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA). ¿Qué tiene esto que ver -me podríais preguntar- con las nuevas estadísticas de prevalencia de los CDC? En una palabra: ¡muchísimo! Dejad que me explique.

A lo largo de la última década, he sido testigo de un aumento en el número de niños flagrantemente mal diagnosticados con trastornos del espectro autista, cuando claramente no cumplían los criterios diagnósticos especificados en la edición vigente del DSM (DSM IV-TR). Debo aclarar que NO se trata de niños cuyo comportamiento se corresponda con el diagnóstico «ampliado» que entra dentro de las subcategorías de TGD y síndrome de Asperger recogidas en el DSM. Me refiero a niños que reciben un diagnóstico incuestionablemente equivocado, y cuyas cifras pueden ser tan significativas que no sólo están afectando a las disparadas tasas de prevalencia, sino también contribuyendo a los esfuerzos de la comisión del DSM-V para «aplacar» la llamada epidemia estrechando los criterios para el diagnóstico. Sigue leyendo